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El crecimiento y la comodidad no coexisten

¿Se imaginan lo doloroso e incómodo que debe ser nacer?


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¿Sabían que el término angustia viene, justamente, de “angustus” que hace referencia a ese momento estrecho y de opresión que vivimos, en el canal de parto, al momento de nacer?


Por eso, cuando estamos angustiados podemos sentir opresión en el pecho o la garganta, o una sensación de ahogo.


Nacer es el primer gran acto de incomodidad que vivimos, implica, no solo dejar ese espacio seguro, protegido y en estado de unidad completa, sino someternos a un momento de angustia, de opresión, de límite, de restricción y de incomodidad.


Pero, aunque es un proceso difícil, el cuerpo del bebé está preparado biológicamente para soportarlo: los huesos del cráneo son flexibles, el sistema nervioso puede tolerar el estrés agudo, y la presión misma ayuda a expulsar el líquido de los pulmones para que pueda empezar a respirar aire, es decir, es doloroso y estresante, sí, pero también es un paso necesario y adaptativo para la vida, es un dolor programado por la naturaleza.


La incomodidad, esa sensación de opresión, de límite, de incertidumbre, es la antesala de una expansión más grande. Igual que al nacer, la angustia no es un castigo, sino un umbral.


La angustia, aunque incómoda, es la señal de que estamos listos para atravesar un nuevo canal estrecho hacia otra versión de nosotros mismos, permanecer en la comodidad es como querer quedarse en el útero: seguro, pero sin la posibilidad de desplegar la vida en toda su amplitud.


Dar expansión a la vida exige atravesar ese pasaje de angustia.


La angustia señala que algo en nosotras está siendo empujado hacia un cambio.


Evitar la angustia es evitar el crecimiento, es evitar el movimiento mismo de la vida, es como querer no nacer nunca: quedarse en un útero simbólico, protegido pero limitado.


Aceptar la angustia, en cambio, es reconocer que cada incomodidad abre un umbral: el crecimiento siempre exige atravesar un canal estrecho.


Ayer tuvimos el último eclipse de este 2025, y el cielo está muy sensible todavía. Neptuno estuvo muy activo y protagonista, y pudieron ser semanas, desde finales de agosto a esta parte, en donde la angustia hizo presencia, o está latente.


Querer ahorrase la angustia o evitarla es ahorrarse el crecimiento que trae bajo el brazo, no la eviten, pero tampoco la tienen que atravesar solos.


Si bien nacemos “solos” en realidad hay todo un equipo de soporte detrás para asistirnos y ayudarnos. En mi caso ese “equipo” fue la astrología, la numerología y el tarot, fueron las herramientas que me ayudaron, y lo siguen haciendo, en cada nacimiento o umbral.


Mi primera aproximación a ellas fue buscando herramientas para mis procesos personales, me sentía muy perdida y angustiada en la vida, y fueron una gran guía y compañía en el camino. Estas son las herramientas que me sirvieron a mí, a cada uno nos sirve una receta diferente, busquen la suya. Si resuenan con estas herramientas ya saben que aquí estoy para acompañarlos en el proceso de crecimiento y auto-descubrimiento con los diferentes espacios que les brindo, ya sea con mi blog, nuestros encuentros íntimos y personalizados o los eventos.


Y hablando de eventos, si quieren vibran en conjuntos y en compañía los esperamos con Luli Cane el jueves en “ManiFIESTA tu Primavera”, un encuentro cargado de herramientas y soporte para este umbral de crecimiento que se abre (ya quedan los últimos lugares disponibles, sumate haciendo cick aquí).


¡Que tengan un gran inicio de ciclo y un gran renacimiento, FELIZ EQUINOCCIO, Feliz primavera!


Con toda mi compañía,

Maira Antonela Camerano

 
 
 

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